La historia de Rodrigo Villagra es un nuevo ejemplo de emprendimiento de personas con síndrome de Down. Este repostero argentino de 22 años ha fundado junto a su madre la empresa de bombones Chody Bom que compagina con su trabajo en una empresa de su ciudad natal. Un nuevo ejemplo de emprendimiento de personas con síndrome de Down.

Y es que, al terminar sus estudios, Chody (que es como le conocen) lo tenía claro: quería dedicarse a la repostería; pero antes había que formarse e ingresó en la Escuela Gastronómica Patagonia donde cursó estudios de repostería y centró su trabajo final a la repostería francesa.

Una vez terminados los estudios, fundó junto a su madre Liliana la empresa de bombones Chody Bom en la que empezó elaborando huevos de pascua que rellenaba a su vez de sus deliciosos bombones. Más de un año más tarde, sigue compaginando su trabajo con su empresa, en la que está volcado y su próximo proyecto es comprar la maquinaria adecuada para poder realizar los pedidos de manera más rápida y con menor margen de error.

Chody, que es como le conocen, es muy perfeccionista y confiesa que le encanta elaborar sus bombones. En un medio de comunicación de su país le preguntaron: “¿Qué tienen de distinto tus chocolates del resto?”, “Mucho amor, de acá”, respondió señalándose el corazón.